El valor social del emprendimiento

Aquellas sociedades que buscan ser autónomas, sostenibles y, simultáneamente, garantizar su bienestar social se preocupan por planificar cuidadosamente su futuro, vinculando el crecimiento social a la consecución de un entorno productivo y competitivo basado en la innovación y el emprendimiento. No existe una sociedad con capacidad de progresar en sus niveles de bienestar si no es lo suficientemente competitiva, para lo que necesita ser innovadora, y para ello a su vez necesita de personas emprendedoras.

En efecto, la competitividad exige innovación y esta se basa en tener bien engrasada la transferencia del conocimiento. En esta transferencia son las personas las portadoras del conocimiento y, por tanto, los emprendedores se postulan como vehículo clave de esta necesaria actividad incuestionable por su valor social. Así el emprendimiento también toma valor y relevancia social como transmisor del conocimiento y potenciador de la innovación. Todo ello a través de diferentes caminos, los que conducen a la creación de empresas o los que impulsan la actividad innovadora en las empresas ya constituidas, bien por procesos de intraemprendimiento o bien de innovación abierta e investigación colaborativa aplicada.

La necesaria planificación, y su posterior ejecución de un modelo de crecimiento social, con foco en el bienestar de sus miembros, requiere de un esfuerzo colectivo de todos los agentes sociales, potenciador de la relación entre empresa y universidad bajo el amparo de las administraciones, para favorecer la cultura emprendedora de las personas y el potencial innovador de las empresas bajo el impulso del conocimiento transferido con origen en la universidad y las instituciones generadoras de conocimiento.

En esta línea, el presente capítulo tiene tres grandes bloques: el primero de ellos muestra el valor que para la sociedad tiene el enlace empresa-universidad, poniendo especial foco en el papel de las universidades para promoverlo a través de la transferencia del conocimiento y el emprendimiento como parte de este; el segundo, aborda la situación y evolución del ecosistema emprendedor; y el tercero, el efecto de la actividad emprendedora sobre el tejido empresarial y su funcionalidad social, como elemento productivo de la sociedad. Todo ello testimoniando el valor social del emprendimiento.

 

Gutiérrez-Solana Salcedo, F; Ortega Cachón, I; de Pablo López, I; Rueda Sampedro, I; Soto San Andrés, I. (2018). “El valor social del emprendimiento”. La fiscalidad del emprendimiento, pp. 29-70. Ed. Aranzadi (ISBN: 978-84-9197-230-3).